Vuelvo a retomar el camino para señalar una pérdida notable. Ya hace un tiempo, con sorpresa, veía que la página de la Fundación creada para difundir la obra de don Alfonso fue sacada de circulación. No es algo nuevo, en el ámbito de la cultura en hispanoamérica, que este tipo de esfuerzo no prospere y deba resignar su labor al garete del tiempo. Retiro el enlace que remitía a dicha página (bautizada "www.alfonsoreyes.org") y lo cambio por aquella que parece retomar la posta bajo una denominación obligada:
Cátedra Alfonso Reyes en Cuernavaca.
De esta página extraemos un enlace referido a la relación entre don Alfonso y nuestro insigne
Porfirio, avatares de los que ya habíamos reseñado alguna vez una de sus huellas (ver en este blog
Porifiro Barba Jacob y Alfonso Reyes). De todo esto, se mantiene firme la certeza de que, día a día, crece el interés por el mexicano universal.
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